Don Serapio Luke y sus 118 años en una sociedad que apenas alcanza los setentas

Te compartimos la historia de don Serapio Luke originario de Terrabona municipio perteneciente a Matagalpa donde ahora vive

Actualmente es complicado que una persona llegue a las edades 80, 90 y 100 años de edad, debido a las condiciones en las que viven los adultos mayores pues en muchas ocasiones están muy complicados de su salud, o simplemente la calidad de vida en este siglo veintiuno, apenas alcanza los 70 años.

Hace muy poco en Matagalpa, conocimos la historia de un personaje único de esta ciudad y que guarda consigo mucha historia y en particular cómo se trabajó la construcción de un sitio turístico religioso de la perla del septentrión, La Catedral San pedro Apóstol. Se trata de don Serapio Luke Orozco, de 118 años de edad, es decir que nació en 1903, y en esta entrevista nos cuenta un poco de su vida después de tantos años.

«En la guerra yo no estaba en Matagalpa, mi papá murió y quedé botado; sus nietos vendieron sus dos casas y quedé sin nada, tengo muchos años de dormir en el suelo. Ahora ya no puedo trabajar», dice.

Don Serapio de pequeño no corrió con tanta suerte pues fue regalado a una familia ajena a su sangre a los 15 días de nacido, según recuerda. Se crió con amigos y apenas recuerda quienes eran sus otros dos hermanos criados en Terrabona, Matagalpa.

Serapio para confirmar su larga edad, arrecostado sobre la fachada de la catedral de Matagalpa, sacó de su morral un documento de identidad y era su cédula, un pequeño documento de plástico sucio, viejo y prácticamente vencido. 118 años de historia, cuántas generaciones le siguen.

Aprendizajes en su juventud

Serapio Luke, desde pequeño aprendió a serrar madera y en ello se desempeñó por mucho tiempo, pues en aquellas épocas todas las construcciones se hacían de rejón de madera.

«Yo tuve la suerte que en mi primer viaje de pequeño fui a Honduras y aprendí aserrar madera, yo di la primer madera para la iglesia de Terrabona, en 1940 enseñamos a la gente aserrar», relata.

El ferrocarril que todavía se vio en la época somocista, fue conocido por don Serapio, de aquel entonces recuerda que no había producción de azúcar en el país.

Don Serapio como mencionamos anteriormente participó en algunas reconstrucciones o remodelaciones de la Catedral de esta ciudad junto a su padre y amistades. Todo se trabajaba con paja y madera, no existía todavía el cemento.

¿Qué hizo Serapio para vivir tanto?

«Yo sufrí no fui bien cuidado, pero crecí con mis amigos y pasé trabajando, también es bueno apartarse de lo malo, hay que cuidarse», comparte.

Si eres parte de esa generación que vio morir a sus bisabuelos, eres una persona afortunada, y si todavía lograste conocer a tu tatarabuelo, mejor aún. No te imaginas cuánta sabiduría lograste obtener de tus adultos mayores. Tantas anécdotas narradas por ellos, tantos relatos de tus antepasados, costumbres, tradiciones, lo que había y lo que ahora hace falta, son tantas cosas que ahora llevas contigo mismo, que agradeces haber vivido esta experiencia única de ver el pasado desde la mirada de tus abuelos y ancestras.

Don Serapio no tiene una vivienda digna propia, vive posando donde amigos. Tenía tierras en la costa pero me las confiscaron, reveló. En ocasiones necesita comida para sobrevivir y si lo ves por las calles de Matagalpa deambulando, aprovecha ayudándole de la manera que desees.

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