En Medio de la desesperanza
Así se encuentran decenas de familias en matagalpa que sobreviven de la basura. Descargan en el vertedero municipal de Waswali, Matagalpa, donde son esperados con ansias por quienes sobreviven de la basura. […]
Así se encuentran decenas de familias en matagalpa que sobreviven de la basura.
Descargan en el vertedero municipal de Waswali, Matagalpa, donde son esperados con ansias por quienes sobreviven de la basura.
«Aquí recogemos botellas aluminio, todo eso lo pepenamos para medio ayudarnos». Ella heredó este oficio de su familia «Desde que mis hijos eran pequeños, uno ya es difunto porque un camión me lo mato aquí». Marlene Mairena
Las moscas azotan los rostros y son ruidosas en las orejas. Las ratas cucarachas y otros insectos reinan en el lugar. Los perros gordos descansan, tienen más derecho a la alimentación que las niñas y niños de pies descalzos y rostros sucios.
«Estoy recogiendo este vidrio (jeringas) que el hospital está botando para venderlo y con eso mantenemos la casa, aquí churequeo». Janeth Matamoros
«Aparte del material uno encuentra artefactos, cosas de bisne, ¿ya me entiende? buscando el billete para sobrevivir».
Cuando no van a clases donde reciben una merienda, acompañan a su madres al vertedero, a veces encuentran arroz empacado, pinol, avena, la mayoría de estos productos están vencidos, pero sus madres no saben leer y el hambre aqueja.
Las mujeres tienen derecho a recoger y seleccionar materiales después de los hombres.
Don Ricardo Orozco Flores es el único autorizado de vender estos materiales al por mayor cada 15 días a la empresa MARBEL, Metales de Nicaragua y al señor Jairo Castillo. Sus condiciones de vida son mucho mejor que la de los pepenadores.
Cada habitante de matagalpa genera un promedio de 6 kg de basura al día, los camiones hacen 26 viajes diarios al vertedero. Más de 29 millones de córdobas se han invertido en compra de camiones, salarios y mantenimiento.
La municipalidad prevé la construcción de una trinchera donde se trabajara por celdas, habrá más separación de la basura sobre todo de los cortopunzantes y otros desechos peligrosos.
Mientras se mejoran las condiciones de vida de las y los recicladores, la tristeza embarga a Marlene, baja la mirada y la dirige hacia el rostro de esta muñeca sucia sumergida en este bulto de zapatos viejos como si tuviera nostalgia de su niñez perdida.