Presidente de Nicaragua asume un nuevo periodo, una reelección “ilegitima”

Este lunes 10 de enero del 2022 Ortega se ciña la banda presidencial por cuarta vez consecutiva, cumple ya 20 años en la silla presidencial
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Radio Vos
3:33 pm
10/01/2022
Matagalpa, Nicaragua

Analistas argumentan que el gobierno de Ortega supera a los dictadores somocistas. Los Somoza encarcelaron a sus adversarios y llegaron a matar en medio de una guerra civil, Ortega asume otra vez la presidencia con 170 presos políticos y el reclamo de justicia por al menos 332 manifestantes muertos, según un último informe de actualización presentado en noviembre pasado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Los opositores organizados y no organizados han empezado a repudiar lo que pasará esta tarde y no están de acuerdo con lo que dice Murillo.  “Es una farsa, un circo”, dice Roy Molina de la Alianza Democrática Nicaragüense, ADN con sede en Washington.  Molina confirma que desde este domingo y todo el día de hoy, la diáspora hará plantones y movilizaciones para rechazar a la pareja de gobernantes.  “Lo que vamos a ver es una farsa de los asesinos de El Carmen, un golpe a la democracia de este par de ancianos”, crítica.

Moisés Hassan, un ex compañero de guerrilla de Ortega, dice que hoy los Ortega-Murillo echan una palada final a la democracia nicaragüense, herida de muerte desde que él retornó al poder en 2007. Hassan ve ironía en las tomas de poder del otrora guerrillero. Recuerda que cuando le impusieron la banda presidencial el 10 de enero de 1985, vistió de militar, pero nunca fue más autoritario que desde que decidió instalar una dinastía al retornar al poder hace 15 años.

Un analista que pide no ser identificado para este reportaje, dice que Daniel Ortega continuará al frente de un país “casi destruido por él mismo”.  “Cero institucionalidad, con oficinas del Estado nada creíbles y todas politizadas, ni siquiera es creíble que él haya ganado las votaciones”, señala.

Recordó, que aunque el Consejo Supremo Electoral, (CSE), declaró ganador al partido sandinista con más del 70% de los votos, Ortega llegó a los comicios sin competidores, pues ordenó secuestro y prisión a siete aspirantes presidenciales y decapitó a los partidos opositores que parecían verdaderos.

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Si a alguien pareció hacerle caso Ortega en estos últimos comicios, fue al desaparecido Tomás Borge, que en una entrevista a Telesur, dijo sin empacho alguno, que el Frente Sandinista debía estar dispuesto a todo por mantenerse en el poder.  “Todo puede pasar aquí, menos que el Frente Sandinista pierda el poder, cueste lo que cueste, digan lo que digan, no podemos perder el poder”, sentenció el fallecido fundador del partido rojinegro en vísperas de comicios anteriores al de noviembre reciente.

Hassan es de los que cree que por eso es que ni Ortega, ni Murillo esperaron a perder tiempo. Una vez que llegaron al poder en 2007 pactando con adversarios políticos para sacar prebendas y ventajas, se inició un trabajo arduo para sentar las bases para perpetuarse. Comenzó con una sentencia de la Corte Suprema de Justicia que más tarde, con su mayoría en la Asamblea Nacional, llevó a una reforma del artículo 147 de la Constitución Política, lo que le permite ahora  reelegirse cuantas veces quiera.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, estableció en agosto del año pasado que la reelección no debe ser entendida como un derecho humano, por lo que los argumentos con que Ortega logró que sus magistrados lo habilitaron para reelegirse contra lo que decía la Constitución, se desplomaron.

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En dos años de rebelión cívica, de abril de 2018 hasta abril de 2020, organismos de derechos humanos llegaron a contar más de 5 mil detenciones, las que no se detuvieron ni el día de las votaciones. Ortega mantiene en prisión a siete aspirantes presidenciales y más de un centenar de opositores entre ellos periodistas, activistas de derechos humanos y de organizaciones feministas.

Sophia Lacayo, una activista opositora de origen nicaragüense que radica en Miami,  junto a Amnistía Internacional, AI,  y otras organizaciones promueven este lunes en el Congreso estadounidense que se declaren prisioneros de conciencia a los presos políticos de Nicaragua y  Cuba.


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