Libertad académica y derecho a la educación violentados en Nicaragua

Desde el inicio de las protestas en 2018, el gobierno nicaragüense ha intensificado la represión contra estudiantes y docentes universitarios, llevando a cabo ataques violentos en universidades públicas y privadas.
4:39 pm
28/11/2024

La libertad académica y el derecho a la educación en Nicaragua enfrentan un ataque sistemático por parte del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Paralelamente, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) atraviesa un impasse político que amenaza su misión integracionista, según el boletín de análisis político Perspectivas del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM).

Desde el inicio de las protestas en 2018, el gobierno nicaragüense ha intensificado la represión contra estudiantes y docentes universitarios, llevando a cabo ataques violentos en universidades públicas y privadas. «Cuando los estudiantes se sublevaron, el gobierno empleó los niveles más altos de violencia para reprimirlos», denunció el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) en un reciente informe.

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A finales de 2021, la situación se agravó aún más. La presidencia disolvió y confiscó más de 37 universidades privadas, nacionales y extranjeras, entre ellas la histórica Universidad Centroamericana (UCA) y la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI). Según Claudia Paz y Paz, directora de CEJIL, «los principales afectados son las y los estudiantes y las futuras generaciones de universitarios, con más de 37,000 alumnos perjudicados».

La persecución no solo afecta a estudiantes. Numerosos docentes han sido forzados al exilio, algunos han sido despojados de su nacionalidad y otros encarcelados arbitrariamente, denunció CETCAM.

El SICA, aunque sigue funcionando formalmente, enfrenta un estancamiento político debido a las tendencias autoritarias en varios países de la región y a las nuevas realidades sociales y económicas. Según Perspectivas, «estos factores han ralentizado su funcionamiento y lo distancian de su objetivo integracionista de hacer de Centroamérica una región de paz, libertad, democracia y desarrollo».

La Secretaría General del SICA está acéfala desde que el gobierno nicaragüense presionó la renuncia de Werner Vargas. Además, potencias extranjeras como Rusia y China han incrementado su influencia en la región. Rusia busca ser observador en el SICA, enfrentándose a la falta de consenso entre los países miembros, mientras que China promueve el retiro de Taiwán como observador, reforzando sus relaciones bilaterales con varios gobiernos de la región.


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