PCIN recibe un premio de la Fundación Friedrich Ebert
Durante su intervención, Pineda Ubau expresó que este galardón simboliza el respaldo internacional a quienes enfrentan constantes ataques contra la prensa en Nicaragua.
La prestigiosa Fundación Friedrich Ebert otorgó el Premio de Derechos Humanos 2024 a la asociación Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), reconociendo su valentía y compromiso en la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión en Nicaragua.
La ceremonia, realizada el pasado 26 de noviembre en Berlín, estuvo presidida por la periodista Lucía Pineda Ubau y la vicepresidenta de PCIN, Wendy Quintero. Durante su intervención, Pineda Ubau expresó que este galardón simboliza el respaldo internacional a quienes enfrentan constantes ataques contra la prensa en Nicaragua.
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«Es un honor recibir este premio, que ratifica que hemos estado en el lado correcto de la historia, al lado de las víctimas de la represión estatal, paramilitar y policial ordenada por Ortega y Murillo», afirmó Pineda Ubau.
Fundada en 2018 tras el estallido social en Nicaragua, PCIN ha documentado más de 400 agresiones contra la libertad de prensa y trabaja incansablemente para visibilizar estas violaciones en foros internacionales. Por su parte, Wendy Quintero destacó que este reconocimiento es un llamado a la acción para la comunidad internacional.
«Desde su creación, PCIN ha denunciado enérgicamente las violaciones a la libertad de prensa en Nicaragua. Muchos periodistas han sido forzados al exilio, mientras que quienes permanecen en el país trabajan bajo el anonimato o han abandonado la profesión», señaló Quintero.
Además, Quintero subrayó que «este premio es un reconocimiento a la labor incansable de quienes ejercen el periodismo como un acto de resistencia frente a la represión y se comprometen a proteger las voces silenciadas por la censura».
El premio llega en un contexto político crítico para Nicaragua, marcado por la reciente reforma constitucional que, según críticos, consolida un modelo totalitario y perpetúa el poder dinástico de Ortega y Murillo.