Nicaragüenses en zozobra tras cancelación del parole humanitario
La comunidad migrante ha expresado miedo y preocupación ante el riesgo de ser separados de sus familias y perder todo lo que han construido en Estados Unidos.

La reciente cancelación del programa de parole humanitario ha dejado a miles de nicaragüenses en Estados Unidos en una situación de incertidumbre y temor. Este programa, que permitía a ciudadanos y ciudadanas de Nicaragua, Venezuela, Cuba y Haití vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos por dos años, fue eliminado mediante una orden ejecutiva emitida en su momento por el presidente Donald Trump.
«La verdad es que sí me preocupa, porque he escuchado que, aunque no haya cumplido los dos años, me pueden deportar. Aunque no tenía pensado quedarme más tiempo del estipulado, pienso en los proyectos que me había trazado», refiere una nicaragüense consultada por Radio Vos bajo condición de anonimato.
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Desde la cancelación del parole, las y los nicaragüenses enfrentan la posibilidad de ser deportados. La comunidad migrante ha expresado miedo y preocupación ante el riesgo de ser separados de sus familias y perder todo lo que han construido en Estados Unidos. Algunos han recurrido a asesoría legal para entender sus opciones y buscar formas de regularizar su estatus migratorio.
«Yo no había solicitado asilo porque solo quería estar dos años en este país, pero ahora mis planes se vinieron abajo y vivo con la zozobra de que en cualquier momento me deporten. Llegar a mi país con los brazos cruzados es lo más duro que nos puede pasar a los que venimos con una esperanza», lamenta otra nicaragüense.
La situación es particularmente compleja para quienes tienen hijas e hijos nacidos en Estados Unidos. Muchas de estas personas temen ser deportadas y dejar a sus hijas e hijos atrás. Además, la incertidumbre ha llevado a que algunos migrantes falten a sus trabajos por miedo a ser detenidos en redadas migratorias, lo que afecta tanto a sus familias como a la economía local.
En medio de esta crisis, organizaciones comunitarias y líderes religiosos han intensificado sus esfuerzos para apoyar a las y los migrantes, ofreciendo asesoría legal y ayuda emocional. Sin embargo, la situación sigue siendo tensa, y muchos nicaragüenses viven con el constante temor de ser deportados en cualquier momento.