Superación y nuevos comienzos para migrante nica

La historia de esta joven está marcada por el esfuerzo, la resiliencia y la esperanza.
8:00 am
29/04/2025

«Me voy feliz a Nicaragua, mi familia me espera», expresó emocionada una joven capitalina de 32 años, quien culminó exitosamente su período de dos años en Estados Unidos bajo el Programa de Parole Humanitario.

Hace apenas un mes, esta nicaragüense recibió una orden de deportación; sin embargo, decidió actuar de forma voluntaria: compró su boleto de avión y organizó su regreso a Nicaragua, cumpliendo con todos los requisitos legales tras finalizar su permiso migratorio.

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La historia de esta joven está marcada por el esfuerzo, la resiliencia y la esperanza. Durante su primer año en Estados Unidos, enfrentó grandes desafíos económicos, trabajando únicamente para cubrir gastos básicos como alimentación y renta. Más tarde, se trasladó a otro estado en busca de mejores oportunidades y logró estabilizarse laboralmente.

«Trabajé 14 horas diarias en una empacadora de pan. Tenía que pagar Uber para ir y regresar del trabajo, que estaba a media hora de mi casa. Evité gastar de más porque mi meta siempre fue regresar a Nicaragua», relató.

A pesar de sufrir episodios de depresión al inicio de su travesía, encontró apoyo en su compañera de cuarto, quien la animó y ayudó a encontrar empleo. Gracias a su perseverancia y visión de futuro, hoy celebra un gran logro: adquirió una casa en Nicaragua, donde la esperan su madre y su hermana. Juntas, planean iniciar un pequeño negocio familiar.

«Envié algunas máquinas pequeñas que necesitaremos para emprender. Aprendí mucho en Estados Unidos, sé cómo trabajar en empresas y quiero aplicar esos conocimientos. Mi sueño es, en el futuro, dar empleo a otras mujeres que también buscan salir adelante», compartió.

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Antes de partir, envió un mensaje de aliento a sus compatriotas que aún residen en Estados Unidos:

«No pierdan la fe ni olviden su propósito. Este país ofrece oportunidades, pero hay que ser firmes en nuestras metas.»

Confiada y satisfecha, esta joven nicaragüense regresa a su tierra natal con la esperanza de construir un futuro mejor. Además, sueña con regresar algún día a Estados Unidos, esta vez para fortalecer su emprendimiento y seguir creciendo personal y profesionalmente.


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