Atención en salud en Nicaragua, fue de Mujer a Mujer
La atención de “Mujer a Mujer”, como era conocida en muchas comunidades, se perdió con el cierre masivo de organizaciones de la sociedad civil.

“Yo voy al centro de salud, ahí me atienden, pero no es lo mismo. La atención que recibía de las mujeres organizadas fue vital en mi vida”, expresa Tomasa, una mujer de 52 años habitante de una comunidad rural en el departamento de Matagalpa, Nicaragua.
Desde que dos de sus cinco hijos migraron a Estados Unidos, su salud física y emocional se ha deteriorado. “Me siento triste y cuando llego adolorida al centro de salud, solo me dan acetaminofén y me regreso a la casa. La cura es para un momento”, lamenta.
Tomasa recuerda con nostalgia la atención integral que brindaban las organizaciones de mujeres. “Había confianza. Una ginecóloga, una psicóloga, hasta una abogada. Todo era gratis, y te escuchaban con cariño. Daba gusto pasar consulta”, relata.
Golpe a la salud comunitaria
La atención de “Mujer a Mujer”, como era conocida en muchas comunidades, se perdió con el cierre masivo de organizaciones de la sociedad civil. Este hecho ha afectado gravemente a mujeres de zonas urbanas y rurales, quienes ven desaparecer servicios vitales de salud física, emocional y legal.
Las organizaciones no gubernamentales nacieron en los años 90 con el objetivo de erradicar la violencia contra mujeres y niñas, y mejorar el acceso a servicios de salud como un derecho humano. Su trabajo logró importantes avances en la calidad de vida de muchas mujeres nicaragüenses.
Esperanza en medio de la crisis
A pesar del contexto social y político que acabó con esta labor humanitaria, todavía hay mujeres valientes que desde sus comunidades intentan apoyar a otras, manteniendo viva la esperanza de que algún día regresen las organizaciones que sembraron cuidado, acompañamiento y solidaridad en todo el país.