Riesgos migratorios afectan a mujeres y niñas
Las mujeres y niñas migrantes son particularmente vulnerables a la trata de personas con fines de explotación sexual y laboral.

La migración es un proceso complejo que puede representar una oportunidad para muchas personas, pero también conlleva riesgos significativos, especialmente para mujeres y niñas. En su tránsito hacia nuevos destinos, enfrentan amenazas como la violencia de género, la explotación y la falta de acceso a servicios básicos.
Las mujeres y niñas migrantes son particularmente vulnerables a la trata de personas con fines de explotación sexual y laboral. “En muchas rutas migratorias, la ausencia de protección institucional y la presencia de redes criminales aumentan el riesgo de abuso y violencia”, expresó una activista feminista.
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En los últimos años, muchas mujeres se han visto obligadas a migrar debido a crisis económicas, violencia política o persecución de género. Al cruzar fronteras en condiciones inseguras, se exponen a violencia física, acoso sexual y abuso psicológico mientras recorren caminos peligrosos hacia sus países de destino.
Durante el trayecto, numerosas mujeres y niñas deben atravesar zonas de alto riesgo sin acceso a atención médica, seguridad ni educación. La falta de recursos y la discriminación estructural agravan su situación, tanto durante el tránsito como al llegar a sus nuevos entornos.
“En mi caso salí de Nicaragua en 2020 con mi niña de cuatro años en brazos, sin conocer el camino. Tuve que buscar a alguien que nos ayudara a cruzar hacia Costa Rica. El hombre que contraté intentó abusar de mí. Solo pensaba en mi hija. No logró su objetivo porque, por suerte, pasaron varias personas. Situaciones como esta las vivimos muchas mujeres en diferentes fronteras”, relató una mujer migrante bajo condición de anonimato.
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El miedo constante a la violencia y la incertidumbre sobre el futuro afectan profundamente la salud mental de las mujeres migrantes. Además, muchas enfrentan barreras culturales, económicas y lingüísticas que dificultan su integración en las comunidades receptoras.
La migración continúa siendo una realidad para millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Es urgente que los Estados y organismos internacionales implementen medidas efectivas para proteger sus derechos, garantizar su seguridad y asegurar condiciones dignas en cada etapa del proceso migratorio.