Con solo 11 años de edad, está embarazada producto de la violación cometida por su padre.
La criatura dice que vivió varios años de tortura sexual porque estaba amenazada de muerte.
A su corta edad, se las ingenió para contarle a su mamá lo ocurrido. Al inicio la madre no lo podía creer pero luego la llevó a pasar consulta y se enteró que la criatura ya tiene 8 meses de embarazo producto de las violaciones sexuales.
Tras ser examinada por el personal de salud, orientaron a la madre ingresarla a la casa materna donde esperará el momento del parto que por la edad es de alto riesgo.
La niña no imaginó que su mundo de juegos finalizaría por la maldad de su padre delincuente, su única fortaleza es que su mamá le creyó y la está apoyando.
El padre violador está prófugo de la justicia, se internó en la montaña.
Esta situación de violencia ya es del conocimiento de la policía nacional. La madre y su hija esperan que lo capturen. Consideran que sus vidas corren riesgos y tienen también el temor que los hermanos mayores de la criatura actúen por su cuenta.
Las niñas embarazadas producto de violación deberían tener la oportunidad de acceder a un aborto, sin embargo en Nicaragua les quitaron este derecho y ahora las niñas no tienen más alternativa que arriesgarse a morir al momento del parto, pues sus cuerpos no están desarrollados ni tienen la capacidad física y psicológica para cuidar otro niño.