Pequeños esfuerzos producen grandes cambios en favor de ancianos/as.
Basta con empeñarse a cumplir un sueño para conseguir apoyo para otras personas que lo necesitan; Así lo demuestra el trabajo que un grupo de hombres y mujeres realizan por darle estadía, […]
4:09 pm
15/03/2016
Basta con empeñarse a cumplir un sueño para conseguir apoyo para otras personas que lo necesitan; Así lo demuestra el trabajo que un grupo de hombres y mujeres realizan por darle estadía, alimentación, entretenimiento y medicinas a las y los adultos mayores del centro Pro Oasis de Matagalpa ubicado en la comunidad las Carmelitas.
Guillermo Flores Centeno, es uno de los impulsores de la existencia del centro que inició de la siguiente forma.
José María Mayorquín, originario de Malacatoya ya no recuerda muy bien cómo llegó al centro, pero dice estar muy agradecido con quienes lo atienden.
Doña Josefa Rodríguez López, lleva varios años en el centro Pro Oasis, ella ocupa su tiempo en sembrar plantas frutales y hasta algunas verduras pues el centro les brinda estas condiciones. Uno de los entretenimientos principales de doña Josefa es cuidar sus gallinas ponedoras de huevos y espera con paciencia que empollen. De esta forma dice sentir que hace cosas útiles y olvida por momentos que a su familia a quien extraña.
Don Juan es originario de Cuba, también estuvo descuidado hasta que llegó al centro. A diferencia de otras, él cuenta con el apoyo y la vista de otros cubanos quienes al enterarse de su existencia, sin conocerlo, solo por el hecho de tener la misma nacionalidad no han parado de llenar su vida de mucho cariño y compañía.
Yelba Francisca López de Matagalpa y Yeimi Francisco García Ruiz, originario de San Ramón, se encargan de cuidar a las y los ancianos y nos hablan sobre su experiencia.
Guillermo y su compañera de vida, fundadores del Centro para ancianos Pro Oasis esperan la cooperación de todas y todos porque tienen el propósito de ampliar el lugar para
albergar al menos a unas 60 personas adultas mayores que urgen de asistencia.
Cuentan que gran parte del trabajo realizado en el centro ha sido posible gracias a personas voluntarias que llegan a ayudarles a reforestar, a tender alambres entre otras tareas muy necesarias.
