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«No aprendí a leer, pero sé de conocimientos tradicionales», dice una pobladora de la comunidad el Zarzal

Medicina- natural

Francisca Hernández tiene 63 años de edad, es originaria de la comunidad el Zarzal localidad perteneciente  al municipio de San Dionisio, Hernández sin saber leer ni escribir aprendió la técnica quiropráctica (sobar), la medicina natural y atender partos, aún con su avanzada edad sigue haciéndolo, pero con más dificultad.

Doña “pancha” como es conocida cariñosamente en su comunidad, relata que no logró aprender a leer por la falta de dinero, apoyo familiar y trabajo «mis padres eran pobrecitos como yo era la más grande tenía que trabajar, empecé desde los siete años, por eso yo no aprendí», narra Francisca.

Algunas de sus hermanas menores aprendieron a leer y escribir, mientras que ella solo conoce las letras y poner su nombre. El sueño de doña Francisca era aprender a cantar, pero por tantas dificultades no se cumplió. El hecho de no saber leer y escribir la privó de muchas cosas como movilizarse a otros lugares por la inseguridad de perderse, tener más oportunidades.

Sin embargo esto no fue dificultad para conocer de otros saberes como la medicina natural y atender mujeres embarazadas, ya que su madre era partera «yo tengo bastante plantas en mi casa y se preparar los remedios, yo aprendí poniéndole cuidado a mi mama», comenta Hernández.

Su mamá que ya partió de este mundo conocía muchas cosas, afirma doña Francisca, brindaba sus servicios a toda la población y esto le motivó e inspiró en aprender estas prácticas. Ella explica que, las plantas son importantes y buenas para aliviar dolores y enfermedades; otra de las habilidades de doña Francisca es la quiropráctica (sobar) que lo heredó de su madre, ahora en su comunidad es la sobadora.

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Doña francisca se siente preocupada porque piensa que ahora hay más acceso a la educación y oportunidades, en cambio algunos adolescentes o jóvenes no van a la escuela y dice que están perdiendo la oportunidad de aprender,  “yo a pesar de no haber aprendido, apoyé a mis hijas e hijos en sus estudios y todos ya son profesionales” recalca.

Con la práctica de hacer remedios caseros Francisca Hernández, asegura que es importante sobre todo en estos lugares donde el acceso a medicamentos es escaso por la distancia, no hay trasporte público, está el puesto de salud, pero en muchas ocasiones la gente incurre a esta medicina, que es fácil, accesible, no cura, pero si previene.

Doña Francisca Hernández lamenta no haber la oportunidad de leer y escribir, pero conocer cómo preparar remedios caseros, curar cuando alguien se lesiona la hacen feliz y siente que hace una gran labor desde sus saberes ancestrales y tradicionales.

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