Wilfredo Otero, es apicultor de la zona norte de Nicaragua. En Matagalpa tiene 100 colmenas de abejas, cuatro de estas fueron afectadas por el reciente fenómeno lluvioso.
Según lo que contó el apicultor matagalpino, las abejas en tiempos de lluvias son las más perjudicadas, y lo que queda por hacer es trabajarlas de maneras diferentes. Cuando llueve hay un fenómeno que genera cambios en las abejas, «las abejas necesitan regular la temperatura con estas lluvias, las abejas también consumen una mayor cantidad de miel y ahí nos vemos en el problema de reservas de alimentos y las abejas se dan cuenta, esto provoca la migración», enfatiza Otero.
Algunos apicultores, tuvieron mayores pérdidas debido a las recientes lluvias, de 30 colmenas, algunos perdieron 15. En medio de toda esta afectación, las lluvias han traído algo positivo y es la floración.
Los deslizamientos de tierra en algunos sitios de Matagalpa provocaron algunas pérdidas significativas en colmenas, pero toda la situación deja lecciones aprendidas, según reflexiona el apicultor, Otero.
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La apicultura en el país es de muy pequeña escala, son pocos los empresarios que se dedican a este rubro, y aunque las lluvias hubiesen provocado enormes daños, las pérdidas solo son significativas dice el experto.
Otro de los factores es una posible alza en los costos de la miel de abeja porque debido a la humedad, se saca poco y lo que hay no cubre la demanda de la población.
Según reveló el experto Wilfredo Otero, durante los meses más críticos de la pandemia, la demanda aumentó porque la miel trata los problemas de garganta y contrarresta malestares de salud.