Con la llegada de la pandemia del coronavirus algunos colegios y universidades de Nicaragua optaron por impartir las clases en la modalidad virtual, con el fin de prevenir el contagio. La nueva modalidad fue un logro porque se continuó con el año escolar, pero algunos estudiantes no pudieron adaptarse por sus contextos y la crisis económica, generando así desigualdad educativa.
La modalidad virtual para algunos estudiantes, sobre todo de las zonas rurales ha sido un problema, el poco acceso a la red de internet, la falta de recursos para cubrir el costo y el desconocimiento del manejo de las herramientas digitales para conectarse, está creando déficit en el aprendizaje de las y los estudiantes.
Madres de estudiantes de la zona rural del municipio de Matagalpa se muestran preocupadas porque sus hijas e hijos no lograron “ir al ritmo” del resto de estudiantes, por todos los problemas que se enfrentan en sus comunidades para poder conectarse.
Una de las madres consultadas expresó que «la señal es mala, no se aprende nada, se tiene que invertir en recargas», otra de las madres refirió que no tienen acceso a teléfonos inteligentes, lo que afecta poder recibir las clases de forma virtual.
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“Yo no estaba tan avanzada en la tecnología, me tocaba recibir clases virtuales. Nos mandaron un correo para entrar a la clase, y no pude acceder siempre me daba error y nos dijeron que bajáramos unas aplicaciones y no puede porque mi teléfono no tenía la capacidad”, relata la joven estudiante Katherine Rodríguez.
Al igual que Rodríguez muchos estudiantes están siendo afectados, por esta modalidad sobre todo ante el nivel de pobreza que viven las familias nicaragüenses. Y en vez de ayudar a seguir formando profesionales está provocando desigualdades.