La buena alimentación es un derecho humano, los gobiernos deben garantizar que se cumpla, pero en Nicaragua que es considerado uno de los países más pobres continúa enfrentando esta que se ha vuelto una crisis, la inseguridad alimentaria. La población nicaragüense no se está alimentando bien, está cayendo en la desnutrición y esto conlleva a problemas de salud grave a corto y largo plazo.
La defensora Eva Molina, analiza este problema y considera que es preocupante y peligroso, porque no tener seguridad alimentaria en un país atenta contra la salud de su población. Afectando los sistemas de salud, el sistema laboral, la familia, la economía y la posibilidad de trabajar.
La seguridad alimentaria también influye en la producción de los alimentos, y ahí se necesita revisar, porque desde la plantación de una semilla está influyendo en la alimentación sana.
Hay una serie de factores que provocan el deterioro de la buena alimentación, entre ellos el abuso de agroquímicos para producir los alimentos y cada vez hay más dependencia de semillas modificadas «eso amenaza la seguridad alimentaria del país, las transnacionales se han encargado que ese dependencia cada vez sea más fuerte», comenta Molina.
La falta de diversificación en las parcelas, es otro factor que provoca que no haya una buena producción y los cultivos sean de poca calidad. Las tierras dejan de ser productiva por la cultura de sembrar todos los años los mismos productos.
“La soberanía alimentaria cada año es insostenible, ahora estamos más dependientes de las transnacionales, de esas empresas que venden semillas, agroquímicos, enlatados o productos transformados”.
El cambio climático está cada vez más afectando la soberanía alimentaria, el efecto del niño y la niña cada año se descontrolan provocando pérdidas en la producción.
Una de las consecuencias es el aumento del consumo de productos industrializados, atentando contra su salud y contra del medio ambiente.
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La otra preocupación es el poco valor que se le da al trabajo del campesino, Molina menciona que se debe des construir esta cultura.
Desde algunos grupos de productores y jóvenes se trabaja en pro de fortalecer las semillas criollas, crear conciencia sobre el cuido a la madre tierra y crear mejoras para una alimentación, pero se necesita que toda la población se sume a esta iniciativa para sostener la seguridad alimentaria.