El derecho a la tierra es un privilegio solo para los hombres, porque en la actualidad continúan las desigualdades de género respecto a la adquisición de propiedades para las mujeres, sumado a esto los conflictos que se generan en el entorno familiar en cuanto a las herencias, dejando fuera a las mujeres por ser mujeres. Es una lucha que han venido llevando desde hace años.
Tener una vivienda propia se ha vuelto difícil para las mujeres porque no tienen terreno para hacerla. Algunas tienen casa, pero en la propiedad de sus parejas y cuentan que se sienten inseguras, expuestas a violencia y malos tratos.
«No tenemos un lugar donde establecernos, nos han crecido con la idea de que un hombre nos apoye», dice una mujer comunitaria.
Al no tener sus propios terrenos con escrituras a sus nombres no pueden acceder a préstamos ni a créditos y nadie les apoya para sacar. Y en ocasiones es para emprender en algún negocio para el sustento en el hogar.
No hay acceso a tierras
Respecto a las propiedades y herencias las mujeres pierden la parte que les corresponde cuando un familiar las hereda por la concepción machista que la sociedad práctica, que las mujeres no tienen la capacidad de administrar.
Son pocos los casos donde los padres acceden a heredar a sus hijas pero cuando ya tienen su pareja e hijos, aunque genera inconformidad entre la familia o hermanos.
Cuando las mujeres son sumisas los hombres se aprovechan y les quitan su parte. A los varones siempre se les está “chinchineando, las madres permiten que hagan todo y a sus hijas las cuestionan cuando intentan tomar las decisiones», cuenta una mujer que también pasó por esa experiencia, expresa que fue valiente, empoderada y supo defender su derecho y defenderse de su propio hermano.
Las mujeres tienen derecho a tener su propio terreno, lugar para habitar, cultivar y crear su propio negocio, pero poco hay acceso ya sea de herencias o compra por la falta de igualdad en esta sociedad machista.