En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, los colonos invasores siguen saqueando a las mujeres, hombres, jóvenes y niñez de sus viviendas y apropiándose de sus tierras. Se sigue sufriendo violencia, siguen habiendo muertes y destrucciones de grande áreas vírgenes en las montañas de la costa caribe. Se sigue exigiendo el derecho humano para sobrevivir, pero más bien están siendo cada vez más olvidados.
En este día solo queda hacer memoria por los pequeños avances obtenidos y seguir haciendo frente a los grandes desafíos que aún queda sobrellevar. Uno de estos y que es vital para vivir, es el acceso a agua, principalmente en la mosquitia donde las más perjudicadas son las mujeres.
“En épocas de verano, nos desvelamos para obtener agua para beber. Porque hay momentos donde nos toca quedarnos hasta la madrugada esperando nuestro turno para jalar agua”, dice una joven comunitaria de Santa Isabel, en el Caribe Norte.
Otro poblador de Raití, del territorio Kipla Sait Tasbaika Kum, detalla que en su comunidad apenas obtienen agua de algunos pozos.
No hay acceso al agua
«Nuestra prioridad es el agua y tenemos serios problemas, hemos gestionado con el gobierno del territorio indígena y hasta la fecha no hay nada», dijo el poblador.
Los pobladores desconocen si hay fondos o no para resolver esta problemática que afecta a muchas familias.
Es tan grave y preocupante la situación que comunitarias de otras zonas incluso tienen que cruzarse a territorios hondureños para jalar agua de los criques, caminan horas y horas para traer un poco de líquido a sus casas y abastecer a sus familias.
El derecho al agua es un derecho humano e indispensable para una vida humana digna. Todas las personas tienen derecho a obtenerla, sin embargo esta no es la realidad de las mujeres y hombres indígenas que consumen aguas contaminadas que deterioran su salud. Todo esto evidencia la decadencia en la que viven estas poblaciones y la escasez de acceso a sus derechos fundamentales.