Ericka Prado y su historia de sobrevivencia contra el cáncer

Cada 19 de octubre se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, una fecha que representa el compromiso de toda la sociedad contra el cáncer de mama

Ericka Prado, tiene 53 años, vive en Matagalpa con sus hijos y esposo, y es sobreviviente de cáncer. Convive con la enfermedad a la que año con año realiza radiografías y mamografías para estar segura que no tiene nuevas metástasis. Y aunque no está completamente sana, confía en seguir luchando como una guerrera de la vida.

Para Prado, “una vez te toca esto, es una carrera por la vida”. La mujer durante el año 2013, se había sentido “un bultito” y en 2015 volvió a detectar una diminuta inflamación en uno de sus senos. Y aunque no quería visitar al médico porque era su cumpleaños, su esposo e hijos, le insistieron que fuera a examinarse.

Antes de examinarse, la mujer no creía que estaba mal de salud, dudaba que los exámenes fueran reales. Muchas veces confió que saldrían negativo, pero el diagnóstico del 23 de marzo de 2015, reveló que tenía cáncer de mama en su seno derecho. Aquella noticia le generó crisis emocionales.

Prado, empezó a sentir las primeras reacciones a las quimioterapias; primero le dio vómito, luego empezó a caérsele su cabello, y por último casi se desanima porque “estaba pegada, enferma, se me iba la vida, por eso lloré y lloré” recuerda, pero el esposo la animaba diciéndole que “siempre te vas a ver bella”.

Sobrellevar la carga de una enfermedad que tiende a invadir y destruir los tejidos orgánicos, y convivirla con muchas personas a su alrededor según Prado, significa sobredosis de amor de la familia y amistades que han reflejado solidaridad y admiración por quienes le hacen frente a la enfermedad.

Cuando cumplió todas las etapas de quimioterapias, le comunicaron que sería operada, empezó a despedir su seno a través de un ritual de despedida, agradeciendo al seno “con el que le di de amamantar a mis dos hijos, había que dejarlo ir para que el resto del cuerpo continuara viviendo”, comentó Ericka Prado. «Al inicio tenía miedo de mirar mi cicatriz y con el tiempo, la vida me ha enseñado a amar esa cicatriz porque es la cicatriz de una guerrera que está sobreviviendo cada día», expresó.

Para la psicóloga Ana Ara Sorribas, recibir un diagnóstico de cáncer de mama, conlleva angustias y tristezas porque al tenerlo, socialmente se relaciona con la muerte, pero es necesario hablar, entenderlo y convivirlo con la familia para estar bien.

En tres meses próximos harán nuevos exámenes en el cuerpo de Ericka Prado porque le detectaron algunos malestares en las costillas. En esos exámenes buscan detectar o descartar la presencia de nuevas metástasis (tumores). Le preocupa que den positivo.

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Consultamos a la especialista, Ana Sorribas, sobre si era posible encontrar nuevas apariciones de cáncer e indicó que sí, y que se deben a muchas razones, «depende mucho de en qué momento me diagnosticaron y si este cáncer se ha podido regar, es muy posible que no se detecte en el momento».

Es necesario hacerse un diagnostico precoz para estar segura si existen tumores cancerosos en el cuerpo, aun cuando no haya precepciones de padecer de cáncer, explicó Sorribas.

Para Ericka Prado, amar la vida, la lluvia, el canto de los pájaros, y agradecer desde que despierta, la hace ser fuerte. “Yo amo tanto la vida, pero si una vez me voy a ir, me voy con esa sensación de haber amado tanto… ahora que tengo cáncer me doy cuenta de cuantas personas me han dan todo su amor y cariño, he aprendido que el cáncer ha sido una oportunidad de demostrarnos cuánto amor nos podemos dar los seres humanos, porque no tenemos la certeza que el mañana esté asegurado y tenemos que vivir el día a día con mucho amor”, concluyó Prado.

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