Niñas Madres sin acceso a la Justicia.

El Estudio de niñas que son madres productos de violaciones y obligadas al matrimonio forzado con sus agresores en 3 departamentos de Nicaragua es desalentador, pues también muestra la impunidad y la […]
4:57 pm
23/02/2016
Grupo CLADEM Nicaragua
Grupo CLADEM Nicaragua

El Estudio de niñas que son madres productos de violaciones y obligadas al matrimonio forzado con sus agresores en 3 departamentos de Nicaragua es desalentador, pues también muestra la impunidad y la falta de acceso a la justicia.
Así lo muestra el informe presentado por la Organización CLADEM con el apoyo del grupo de mujeres Sacuanjoche de Matagalpa.
En el informe se analizaron expedientes de niñas madres casadas con sus agresores sexuales de los departamentos de Managua, Matagalpa y Bilwi.
María Virginia Meneses, nos habla sobre el objetivo de presentar este informe ante las Organizaciones sociales y de instituciones del Estado.
Entrevista: Virginia


Según los datos registrados por el observatorio voces contra la violencia, en el aaño 2014 se registraron 6 mil 52 violaciones sexuales, de ellas 5 mil 315 mujeres en el ámbito nacional.

Tan solo en Managua reporta 1,367, en Matagalpa 444 y en Puerto Cabeza 148.
Para evidenciar esta situación de violencia entrevistaron a diferentes niñas, una de ella de Matagalpa, violada en la calle por un desconocido del que solo conocen el seudónimo y que es un trabajador de construcción de carretera; producto de ello enfrenta un embarazo gemelar.
Las autoridades no profundizaron en la investigación y los familiares de la víctima de violación decidieron llevársela hacia otro departamento a que termine su embarazo y así no exponerla a las críticas en su comunidad, mientras el autor de la violación sigue libre.

La pobreza es un factor que facilita la violencia sexual. Las niñas y adolescentes son trasladadas a la ciudad para ser hijas de casa, en otras palabras, se les garantiza alimentación, ropa y estudios a cambio de servir en las viviendas, lugares donde muchas veces son sometidas a violación de parte de sus patrones o los hijos de los patrones.
Así le ocurrió a una niña de 11 años quien fue violada por el hijo de un alto jefe de policía de Matagalpa donde se impuso el tráfico de influencia.
Relato: Hijo de Comisionado


Las niñas “temen que les hagan daño a sus madres, hermanos o padres. Tienen la creencia implantada a veces por los abusadores que con su silencio protegen a sus seres queridos. Muchos abusos sexuales nunca son revelados hasta que ocurre una violación, un embarazo impuesto o la muerte de una menor abusada”.
Rosalía calero, del grupo de mujeres Sacuanjoche, también habló de algunas situaciones de violencia atendidas y de la poca importancia que las familias les dan a las consecuencias de los abusos y violaciones hacia niños y niñas.
Entrevista: Rosalía Calero


En Bilwi las niñas que son abusadas y violadas sexualmente por lo general son de las comunidades étnicas quienes son referidas al albergue para que lleven a buen término su embarazo y no en todos los casos se abre proceso judicial dejando en la impunidad la situación de violencia y abuso sexual según afirma una experta de la Región.
Esta situación la vivió, una niña de 11 años quien fue abusada por un miembro de su familia y ella lo denunció ante la Comisaría de la Mujer sin embargo ni su familia y las instituciones remitentes hicieron seguimiento al caso dejando a la niña en total indefensión.
La falta de apoyo de las familias a las víctimas de violencia se refleja en un par de hermanas de 15 y 13 años habitantes de Managua, la madre trabajaba en un puesto de tortillas donde apenas le pagaban C$80.00 al día, mientras las niñas quedaban en casa fueron abusadas.
A una de ellas desde los 11 años y a los 15 años salió embarazada pero el producto se murió al nacer, con lo cual la madre se dio cuenta del abuso y violación sexual, se enfrentó a toda la familia quienes reaccionaron rechazándola y expulsándolas de la misma propiedad donde habitaban, y tuvieron que salir de ahí solo con su ropa.
El informe señala que no existe una cultura de prevención del abuso sexual de las niñas, el embarazo y matrimonio forzado en los lugares donde interactúan como la familia, la escuela, la iglesia, lugares de recreación comunitaria.
La reacción de la familia de la niña abusada puede ser de rechazo y denuncia o de aceptación y normalización según el vínculo del abusador con la familia y la madre.
El gobierno tiene doble discurso ante los temas de violencia y eso se demuestra con la desvalorización del contenido de la ley 779


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