“Dioses perdidos y encontrados” un libro que descubre el paradero de esculturas nicaragüenses

“Dioses perdidos y encontrados” un libros que recoge historias sobre esculturas de Nicaragua por el arqueólogo Dr. Rigoberto Navarro Genie
Roberto-Navarro-Escritor-nicaragüense
Radio Vos
4:08 pm
30/12/2021
Matagalpa, Nicaragua

«Dioses perdidos y encontrados» presenta los datos de las primera excavaciones arqueológicas en la zona del pacifico nicaragüense, además, da con la localización, origen geográfico, cultural y cronológico de un conjunto de monumentos que permanecían dispersos dentro y fuera del territorio nacional.

¿Cuáles son y donde están los ídolos descubiertos por viajeros  del siglo XVIII y XIX?, estas fueron algunas de las preguntas que el arqueólogo Navarro Genie se cuestionó luego de hacer su trabajo de tesis doctoral en la Universidad de Soborne de Paris “Las Esculturas Prehispánicas en Piedra de la vertiente del Pacífico de Nicaragua  y del nor-oeste de Costa Rica  y su contexto arqueológico (500-1830 d.C)”.

En este trabajo encontró datos e información sobre el patrimonio nicaragüense que creyó conveniente seguir difundiendo y no dejarlo “engavetado” por tanto  se  propuso hacer una investigación más profunda y detalladas para  seguir conociendo de la historia ancestral y el arte escultorio de Nicaragua.

“Nuestras esculturas se han salvado y están mejor guardadas en los museos europeos o norteamericanos” dice el historiador Norman Caldera Cardenal en el prólogo de este libro, porque según detalla Navarro había una persecución y saña en contra de estas estatuarias, “o  las destruían las personas o quizá el clima lo haría”. Esta investigación  se publicó en el año 2020, gracias al apoyo de la Embajada del Gran Ducado de Luxemburgo en Managua.

En este libro transcurre todo una investigación  de la búsqueda y hallazgo de piezas que fueron documentadas tempranamente y en algún momento fueron consideradas como desaparecidas.  Además, localiza y relata la historia de 46 esculturas prehispánicas y expone imágenes históricas de otras 18.

Los datos que encontró el arqueólogo; 23 estatuas que fueron trasladadas a los Estados Unidos y otras cinco a otros países. 24 son de museos y colecciones nacionales y seis que han desaparecido. Se rescató información e imágenes de seis esculturas  por primera vez divulgadas en este estudio y se actualizó la localización de 13 antigüedades que se encontraban como desaparecidas.

La investigación de Navarro en este libro, que corresponde solo a la región del pacífico de Nicaragua, dio con una escultura procedente de del centro norte, en el departamento de Chontales,  que fue descubierta en 1836 y trasladada en 1838  por el austriaco Emanuel von Friedrichsthal a Austria y actualmente se encuentra en el Museo de Etnología de Viena.

Esta pieza según la descripción de Navarro “posiblemente es la representación de una deidad alusiva a la naturaleza del tipo de Dios del Monte (…)”, y ahora está cuidada y protegida en este museo.

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Friedrichsthal se llevó 800 piezas antiguas y se perdieron, solo quedó este objeto y es representativa del centro norte que “se caracteriza por monolitos totémicos circulares decorados en alto relieve con motivos de figura humanas, asociada a animales y acompañada con prendas y decoraciones corporales grabadas” describe el arqueólogo.

En la investigación analizan los datos de los primeros viajeros y exploradores  de los primeros 90 años de la arqueología en Nicaragua, considerando a Ephraim George Squier provenientes de Estados Unidos como el padre de la arqueología en Nicaragua por sus aportes en esta materia.

Este obra revela un importante hallazgo para la historia de Nicaragua sobre el patrimonio cultural y ancestral, encontrando esculturas que según el autor son “deidades” quienes se encontraban y aún están dispersas  unas en el extranjero y otras que aún se conservan en el país.

Es un acercamiento a la  cultura tradicional nicaragüenses de una forma detalla y pictográfica, porque describe cada una de las piezas ancestrales como son las esculturas elaboradas  por las propias manos de los indígenas, y que ahora están exhibidos y muy bien cuidado. “en Nicaragua no estaría así” expresa Navarro.

El arqueólogo señala en su obra varios sitios nicaragüenses de donde fueron encontradas las estatuarias; El sitio Punta de las Figuras en la Isla Zapatera, Isla de Ometepe, Moyogala, Altagracia, Isla de El Muerto, pueblo de los Ángeles , La isla Morata,  Corrales, los Islotes Las Tinajas, Momotombito, Colina san Miguel, Cerro Santiago, Sutiava, Solentiname, Nandaime, Sonzapote, Norome, Rio San Juan, Asososca, Teustepe, Jinotega, Granada, Mangua, Cosigüina, Lago Cocibolca.

En una entrevista para Radio Vos el doctor Navarro Genie cuenta que este gran descubrimiento le tomó mucho tiempo, esfuerzo e ilusión.

  • ¿Cómo fue la  travesía de hacer esta investigación dentro y fuera de Nicaragua?

Un proceso de mucho trabajo y pasión, que implica varias cosas; he tenido que leer unos ochocientos libros para documentar esta  colección de estatuarias prehispánica de Nicaragua, crear un inventario, un código para  ordenar y separar, darle una identificación a cada pieza, conocer esculturas de otras regiones de Centroamérica para hacer este análisis comparativo con la región en que se concentra la investigación, crear fichas de estudios porque no existía una forma de describirlas para comprender la escultura que se menciona y hacer una interpretación acertada.

Cabe destacar que donde se encuentran actualmente las esculturas de Nicaragua están  bien conservadas, “allá están con aire acondicionado, no hay polvo, ni ratas, ni cucarachas, ni nada, es súper nítido, hasta parece un hospital” y hay todo un protocolo para estar cerca de ellas.

Se le da un gran valor en estos países (Estados Unidos, Austria, Suecia, Alemania) porque en algunos casos les ha  costado dinero, transporte y mantenimiento y en otros no, porque algunas esculturas se las llevó el primer embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Ephraim George Squier en 1949, las mandó en un barco nicaragüense sin pagar absolutamente nada.

  • ¿Por qué el titulo Dioses perdidos y encontrados?

Porque a través de los estudios, nuestros ancestros no representaban personas, ni héroes de guerra ni capitanes  sino que era la representación de ciertas deidades, en una entrevista que le realizaron a los indígenas, un documentos antiguo, expresan que esos ídolos son representación de sus dioses. Por ello el libro se titula de esta manera, además estas esculturas se encontraban desparecidas y a través de esta investigación fueron encontradas.

  • ¿Cuáles fueron los primeros exploradores que descubrieron antigüedades  en Nicaragua?

Nicaragua fue visitada por varios exploradores y viajeros pero los más representativos de los cuales Navarro retomó en su investigación   fueron Ephraim George Squier de Estados Unidos, Carl Bovallius de Suecia y Walter Lehmann de Alemania, fueron los primeros en documentar las esculturas nicaragüenses. Ellos aportaron sus hallazgos, conocimiento y datos sobre sus descubrimientos.

Según el autor uno de los primeros exploradores rescató una pieza que iba a ser destruida por los freiles católicos de la isla de Ometepe, en esa época muchas esculturas e ídolos fueron destruidos. Entonces en medios de este panorama los indígenas de Sutiava obsequiaron a Squier algunos ídolos para evitar esta destrucción.

  • ¿Es el primer estudio que se hace respecto a las esculturas nicaragüenses?

Siempre hay alguien que hace un estudio antes, nunca digan que este es el primero, en efecto, al buscar en la documentación en Nicaragua se han realizado estudios de esculturas antes pero son  trabajos desde la perspectiva artística, no se relacionan con el contexto cultural, con etnohistoria o con la etnología de dicha pieza.

El autor considera  que en su caso esta investigación esta enfocada desde la arqueología; que es la que se dedica al estudios del hombre, del pensamiento y su forma de vida, él hace un análisis desde la historia completa, utilidad, función,  contexto que había alrededor de estas antigüedades etc.

  • ¿Estas esculturas son creaciones de los propios indígenas nicaragüense?

Las grandes esculturas encontradas y presentadas en este libro tienen características únicas que no hay en ninguna otra parte: fueron hechas representando un hombre en posición sentado, de rodilla o de pies que tiene una decoración profusa encima de la cabeza y esa decoración es un animal (jaguar, serpiente, mono, cocodrilo)  el resto del cuerpo esta desnudo, este personaje esta apoyado en un banco, era tallado en una sola piedra.

En la cultura tolteca hacen cosas parecidas pero la hacen en partes y  luego las ensambla en una sola piedra, en Nicaragua los indígenas trabajaban  desde abajo hacia arriba en un solo bloque o una sola pieza, y este trabajo es único en el mundo, por el único tipo de tecnología y el tipo de representación grafica, porque no es una escultura totémica sino tridimensional.

Otra característica  que tienen las esculturas antiguas de Nicaragua, continua Navarro,  es lo que los escultores modernos llaman percing forms (escultura con orificios) por ejemplo, las manos y piernas separadas del cuerpo o del bloque. Estas esculturas estaban perforadas y en otras regiones no se hace esta técnica. El autor recalca que esta forma es propia de la cultura nicaragüenses pero no ha sido valorado ni identificada como propia porque “es escultura de los indios”,  pero ahora toca revalorizar este elemento cultural.

  • ¿Se debe dar más valor al patrimonio ancestral de Nicaragua?

Estamos mal con el patrimonio de la piedra o las esculturas de piedra en Nicaragua, porque se tiene dos conceptos respeto a las esculturas;  creemos que la piedra aguanta todo, algunos la utilizan para “amarar las vacas o los caballos en el corral en el campo” no las protegemos, están aguantando sol, lluvia, golpes, el clima.

Estos objetos de arte, religiosos, y ahora arqueológicos o de museos hay que protegerlos para que nuestros descendientes también  disfruten de este material que fue parte de la cultura ancestral.

Según valoraciones de Navarro, “la sociedad actual ve de manera peyorativa estos objetos  que fueron creados por los índicos, porque ser indio es ser inferior, ser bárbaro, salvaje, que comía carne humana y todo lo que viene de esta culturas no esta bien reconocida”.  Tenemos que ir olvidando estos conceptos, además porque es parte de nuestra herencia, provenimos de esta cultura. Aunque no queramos tenemos una sociedad mestiza,  somos una cultura pluricultural, multiétnica y debemos conservar este legado.

  • ¿Qué pasa con las esculturas ubicadas en el parque de los monos de la ciudad de Matagalpa?

Tenemos tres estatuas en el parque de los Monos en la ciudad de Matagalpa, y el arqueólogo manifiesta que deberían estar bajo techo, bien cuidadas y protegidas, en cambio,  están expuestas ante el clima, incluso se pintaron de color rojo con una pintura corrosiva y ya tienen más de 60 años de estar a la intemperie. Muy pronto se podrían dañar.

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Algunas están marcadas, cada persona que pasa escribe sobre ellas, eso muestra la falta de respeto que tenemos por el patrimonio cultural. Pero si desde el Estado que tiene todo el deber de responsabilizarse por que es patrimonio nacional, se cuidara y restaurara podría durar mucho tiempo.

  • ¿Qué podemos hacer para conservar esta cultura de monumentos antiguos?

Una de las sugerencia que comparte el arqueólogo es incluir en la educación de las niñas y niños un tema que pueda ensenar al estudiantado a tener respeto por este patrimonio cultural, porque cuando sean grandes entonces se van a interesar y generar un cambio, ya que la actual sociedad adulta no ha mostrado cambios ni respeto.

También, en vistas de la falta de recursos económicos en Nicaragua para estudiar o investigar respeto a estos temas, porque la arqueología es costosa, es necesario buscar alternativas desde el gobierno para mantener y conservar estos objetos antiguos.

Este libro fue presentado en el XIII encuentro de poetas y escritores del norte por el grupo de intelectuales de Matagalpa en honor al poeta Efraín Osejo Morales, para continuar difundiendo este hallazgo y seguir contribuyendo a la cultura ancestral nicaragüense.


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