El suicidio, otro problema de salud pública. Promover acciones ayuda a salvar vidas

9 de cada 10 adolescentes que se han quitado la vida, presentan depresión, ansiedad y otros, estos casos en su mayoría pudo tratarse a tiempo

“Sentirte sola, llena de problemas, sin una salida es algo que te asfixia, es como estar perdida en medio del desierto. Me levantaba casi por inercia en las mañanas, no quería hablar con nadie, me aislaba, iba por la calle y no era consciente de lo que pasaba a mi alrededor, el valor de mi vida a mi ser lo estaba perdiendo, no le encontraba sentido a nada, y añoraba simplemente desaparecer”, la narración de una sobreviviente de suicidio.

El suicidio es un evento que afecta de manera global a las familias, comunidades y a los países. A nivel mundial se suicidan cada año casi 1 millón de personas, lo que equivale a una por cada 40 segundos. Según estudios, por cada suicidio se estima hay 20 intentos. Esta es la segunda causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años de edad.

La psicóloga Leonila Argüello explica que este problema es actual  y común, y les concierne a todas y a todos, pero muchas veces no se le da la importancia que tiene «las personas adultas debemos estar atentas y atentos ante esta situación porque es una responsabilidad de todas las personas», agrega Argüello.

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En el mes de septiembre se celebra anualmente el día mundial de Prevención del Suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la organización Mundial de la Salud (OMS).

El objetivo general de esta fecha es crear conciencia sobre la prevención del suicidio en todo el mundo, crear esperanza a través  de la acción, y reflejar la necesidad de una acción colectiva para abordar este problema urgente de salud pública.

El suicidio es un problema complejo en el que intervienen todo tipo de factores; psicológicos, ambientales, sociales y biológicos, pueden darse en cualquier edad.

Existen actualmente mitos que llevan a quitarle valor al problema que representa esta situación, como por ejemplo: hablar de suicidio es una mala idea, te van a llamar loca, ya se te pasara, solo esta llamando la atención, esto, provoca que pocos conozcan del tema y no lo hablen.

Y es un estigma que las personas con ideaciones suicidas no saben con quien hablar, a donde acudir o que hacer con sus pensamientos. Todos; familiares, amistades, colegas de trabajo, educadores, lideres religiosos, profesionales de las salud, funcionarios políticos y gobierno podemos tomar medidas para prevenir el suicidio.

Estar alerta a los llamados de auxilio, para evitar la tragedia  y escuchar sin juzgar, señala la psicóloga «requiere una acción inmediata como ayuda profesional».

La promoción de mensajes positivos e informativos dirigidos a la población en general y grupos en riesgos como las y los jóvenes facilitando un debate abierto sobre la salud mental en el hogar y el lugar de trabajo, puede salvar vidas.

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Hay una serie de actividades que se proponen para tratar casos con este problema, y así poder ayudar a salir de esta situación, sugiere la psicóloga.

«Hacer ejercicio ayuda mejorar el estado de ánimo, te hace sentir mejor, motivemos a nuestras hijas e hijos, es importante que la gente joven disfrute de la actividad». También anima a las personas que están contemplando el suicidio o se ven afectadas por él a que compartan sus historias, acompañar, hablar y buscar ayuda profesional.

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