Para muchas el fenómeno de la migración es un sueño roto

Dejar familias y sueños es parte de la migración expresan mujeres migrantes que por diversos motivos han tenido que emprender un nuevo viaje

Nicaragua en los últimos 40 años se ha caracterizado por ser un país impulsor de migrantes, se estima que existen más de 800 mil  nicaragüenses que viven la migración según la ONU, y las razones son múltiples, pero las más sobresalientes la pobreza y la inseguridad.

Mujeres migrantes dan testimonio de cómo han vivido el proceso de migración desde lo legal, emocional, económico y social. Es una experiencia que puede ser dolorosa, desesperanzador pero a la vez  como oportunidad.

“Salir de tu país en un contexto de crisis, dejarlo todo para poder resguardar tu vida, es una forma de duelo que sigue ahí, porque no se trabaja ni se procesa”, cuenta una mujer migrante.

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La migración forzada lleva a replantear los proyectos de vida, “porque el hecho de estar en otro país, quizá sola, sin amistades te lleva a enfrentar muchos problemas y  pensar que eres migrante, tus derechos se violentan” y es todo un reto resistir en medio de ese contexto.

“Las personas migrantes no se les respetan sus derechos, por la xenofobia, el racismos y el rechazo, ha sido todo un reto dentro de este aprendizaje, para reconstruir” comentan. Rescatar las redes que se tejes para acompañarse, para denunciar y sobrellevar esta situación como persona migrante y esta vivencia ayuda a sanar esos duelos.

Pese a la situación que se vive desde la migración,  la experiencia de conocer otras historias, otras realidades es enriquecedor, agradable, ayuda a sobrellevar esas emociones y sus propias historias.

Para otra mujer migrante es una situación difícil salir de tu país, en principio porque como toda persona el gran sueño es visitar otros lugares, conocer personas desde otras circunstancia, pero cuando ya están en el lugar te enfrentas a un sinnúmero de situaciones que no te permiten vivir ni disfrutar esa experiencia de estar en otro país.

«Cuando viajamos lo hacemos desde un sueño o una aspiración para un cambio de vida, aunque es complejo porque salís con toda tu ilusión y algunos sueños se rompen por buscar el dinero para tu diario vivir», expresa.

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Por nuestros rasgos, por ser indígenas, la xenofobia aumenta. Además  la falta de documentación provocan estrés y baja autoestima,  y se rompen los sueños.

La migración sigue aumentando en Nicaragua, son caravanas, familias, grupos que cada mes salen rumbo a EE UU, en busca del sueño americano, para algunos para darle mejores condiciones a su familia, y para otros por la represión y amenaza.

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