Tamara Dávila está en huelga de hambre para exigir ver a su hija de seis años
Se presume que la huelga de hambre también la estarían realizando otros presos políticos de los más de 180, como el caso del periodista Miguel Mora
La activista nicaragüense de la Unidad Azul y Blanco, Tamara Dávila, que recién cumplió un año desde que fue detenida y allanada en su casa de habitación en Managua el pasado Junio de 2021, empezó una huelga de hambre en forma de resistencia en las cárceles y para que la dejen ver a su hija. Sus familiares exigen libertad y su hija de seis años anhela verla.
Según un comunicado de prensa de la Policía Nacional días seguido del arresto y encarcelamiento de la opositora, Dávila está siendo investigada bajo la Ley 1055 o Ley de Soberanía, por supuestamente realizar “actos que menoscaban la independencia, la soberanía, la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en asuntos internos, pedir intervenciones militares, organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización” así como además “proponer y gestionar bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país».
Gonzalo Carrión del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, sumó su voz como defensor de derechos y se solidarizó con los familiares de Tamara Dávila que resisten junto a ella desde afuera de las cárceles. Los familiares también se pronunciaron.
Las presas políticas se encuentran en entornos torturantes, hay una situación de incomunicación entre visita y visita, nunca se nos garantizan ni llamadas telefónicas, no sabemos cómo están, dijo Ana Lucía Dávila, hermana de Tamara en conferencia de prensa.
Se presume que la huelga de hambre también la estarían realizando otros presos políticos de los más de 180, como el caso del periodista Miguel Mora quien de la misma forma su familia ha exigido que su hijo pueda verlo.
La hija de Tamara Dávila es una niña resiliente ante esta situación que su madre está sufriendo, pese a que no es fácil para una menor de seis años donde sus derechos tampoco han sido respetados por el estado, dice su familiar. La están protegiendo y brindando apoyo emocional.
Vilma Núñez de Escorcia desde el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos CENIDH también se solidarizó con la familia de la activista política, ovacionó el coraje de Tamara Dávila y denunció al gobierno por tantos daños provocados.
La Policía del país no ha brindado ninguna opción de comunicación para que las y los presos políticos puedan verse y abrazarse con sus familiares e hijos, y este es un problema grave. La Policía tampoco ha mostrado cómo se encuentra el estado físico actual de la activista y los familiares denunciaron que después de las únicas pasadas ocho ocasiones que la visitaron no saben más de ella.