Artesano: “es algo que me gusta, pero también me pagan”
Los sombreros tiene un costo de entre 200 y 300 córdobas, hace por encargos y con el matice que el cliente le pida. En Matagalpa tiene varios encargos
Don Tino, así le llaman sus clientes a un señor que en sus 70 años de vida, habita en una comunidad de Sébaco y su pasión ha sido el arte de elaborar sombreros y canastas de paja, y palma.
Desde joven don Tino se dedicó a trabajar la tierra y en sus tiempos libres salía a la ciudad a vender frutas y legumbres, el sol fue uno de sus peores enemigos en las calles y decidió enfrentarlo de forma distinta, “así que me senté debajo de un árbol y comencé a recoger las palmas que caían de un coco, pero yo también guardaba bambú me puse a idear mi primero sombrero con lo que encontré”, cuenta.
Recuerda que a la gente le gustaba mucho su sombrero y le motivaron a seguir elaborando sombreros, recuerda que al inicio los hacía solo por encargos en la comunidad.
El artesano comenta que con el tiempo decidió dejar la venta de frutas y verduras porque pesaban mucho y a veces no vendía.
Decidió hacer más sombreros y salir a las calles de los municipios del departamento de Matagalpa, a parte que se distrae, logra hacer sus centavitos para solventar sus gastos económicos.
Los sombreros tiene un costo de entre 200 y 300 córdobas, hace por encargos y con el matice que el cliente le pida. En la ciudad de Matagalpa tiene varios encargos, en las escuelas donde son muy utilizados para hacer presentaciones artísticas.
Don Tino dice, que nunca es tarde para volver a empezar, “solo es cuestión de tiempo y ordenar las ideas, es algo que me gusta, pero también me pagan.”