Sistema de salud con serias deficiencias en el abordaje de casos de violencia machista
La falta de empatía, espacios y la deficiencia en el sistema de salud de Nicaragua, es el análisis que realiza defensora de derechos humanos
Defensora analiza el papel del sistema de salud respecto a la salud de las mujeres en Nicaragua y como éste no responde ante los casos de las víctimas de violencia de género y violencia machista, detectando que no hay un buen acompañamiento que empodere a las mujeres ni las apoye para salir de esa situación.
Para la defensora de derechos humanos Eva Molina, la violencia hacia las mujeres es una circunstancia que está lejos de ser un condicionante de salud conocido por el personal médico, y está lejos de nombrar que el sistema de salud acoge, detecta, acompaña y empodera a estas víctimas de violencia.
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Se encontró serias deficiencias en el abordaje de la violencia machista y no hay una relación donde el sistema contribuya a las niñas, adolescentes y mujeres adultas, porque en los hospitales hay casos que solo se abordan como cuerpos lesionados, hablando de violencia sexual, “como si fuera un típico accidente”, explica Molina.
«Vemos que en los sistemas de salud todavía queda mucho trabajo por hacer, los sistemas de salud están enfocados cuando las mujeres llegan en estado de deterioro físico», enfatiza Molina.
Embarazos en adolescentes
Los embarazos en adolescentes y abusos sexuales en menores no son abordados, se acoge a la adolescente como mujer madre, y emiten juicios juzgando sin hacer un análisis de por qué la adolescente o niña está en esta situación.
Molina comenta que otra de las próblematicas en los sistemas de salud son las agresiones sexuales «llegan niñas embarazadas producto de violaciones, las cifras son escalofriantes, y solo se preocupan por culpavilizar y discriminar».
Falta de espacios
Otra de las deficiencias que observan desde este trabajo de defensoría es la falta de espacios “donde las mujeres puedan hablar, expresarse o vaciar” esa situación de violencia y agresión que vive, y que necesitan un lugar para trabajar esa historia y sanar.
En los más recientes casos de violencia sexual, “donde a las mujeres que salen a divertirse y a bailar, y los agresores se aprovechan las drogan y abusan, ahí tampoco hay presencia del sistema de salud, y ellas no recurren porque no sienten que hay un espacio donde las van a acompañar ni les darán la atención necesaria.
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Las mujeres provenientes de comunidades rurales e indígenas continúan con problemas de acceso al sistema de salud, “el personal médico no cuenta con conocimiento en las leguas que estas mujeres hablan, por tanto no pueden expresarse ni ser comprendidas”.
Desde la red de defensoras se han dedicado a crear protocolos para hacer una atención más humanitaria, acompañar a las mujeres sin discriminación, viéndola como un ser humano que necesita ser atendida y necesita acompañamiento esa práctica debería implementarse en el sistema de salud.