El arte, un campo muy duro para hacer y vivir

En Nicaragua hay poca promoción del arte en general y para vivir es muy duro, "la gente que lo hace es porque le nace y siente la necesidad de hacerlo" destaca artista

El arte en Nicaragua se ha convertido en un campo muy duro para vivir, no hay libertad artística, hace falta valorizar el talento nacional, no hay reconocimiento ni promoción del arte, las y los jóvenes no cuentan con recursos ni medios para expresarse y  solo un grupo muy reducido puede dar a conocer su arte, con algunas restricciones.

Estos son algunos de los problemas que enfrentan las y los artistas en Nicaragua muchos no pueden crear ya sea a través de la música, la pintura, la danza o el teatro, por la falta de libertad de expresión y de opinión. Ahora los artistas están censurados. “En Nicaragua ser artistas es difícil”.

“Ser artista es expresar lo que sentís y pensás y que no puedes decirlo normalmente. Los artistas de ahora han jugado un papale muy importante” Expresa Beatriz Huber maestra y actriz de Teatro Espontáneo.

En los dos últimos años solo unos cuantos han decidido oponerse a la censura y expresarse a través de la música, de la literatura, de la pintura y el teatro. En medio de estas restricciones “es el año que más premios han recibido las y los artistas nicaragüenses” porque han hablado del contexto, han demandado las justicias en sus creaciones.

“Surgieron creaciones impresionantes que han sido reconocida sobre todo a nivel internacional. Crearon producción literaria como la novela de Sergio Ramírez “Tongolele no sabía bailar” quien ganó el premio Cervantes en el 2021, los cuentos de María López Vigil  que también ganó un premio, crearon canciones, entre otras obras” nombra Huber.

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Solo un grupo reducido tiene una mínima oportunidad para hacer arte “aquellos que están afiliados a un partido, ellos si pueden cantar, bailar, hacer música etc”, recalca.

No hay apoyo hacia el teatro

Para Ana Ara, Maestra de Teatro Espontáneo, el teatro tiene muy poco apoyo y es reprimido, además es visto como de categoría muy baja. El teatro independiente; el   popular el de la gente, el teatro de creación colectiva fue un tipo de teatro que en las primeras manifestaciones en Nicaragua era bien valorado, ayudaba a pensar en las cosas que ocurrían, pero ahora el teatro clásico  es el que tienen más reconocimiento, el que mantiene el poder, el que reúne solo las elites.

“Ir al teatro y ver una funciones  ayuda a debatir y hacer cuestionamiento y es un espacio fundamental para que las personas puedan hablar de sus realidades y sentimientos”, recalca la teatrista.

Huber analiza que hay contradicciones porque “a la gente por ejemplo le gusta ver teatro, pero si ven que su hija o hijo comenta que les gustaría hacer teatro, empiezan los cuestionamientos, desaniman a la persona y no es bien visto” y en lo social no hay oportunidades para que estos jóvenes “estudien, practiquen y hagan sus creaciones” porque no hay medios ni dinero.

Hay un empobrecimiento cultural, muchos grupos y centro que funcionaban ya han cerrado ya no están porque algunos se han visto afectados por la nueva ley, Ley de Agentes Extranjeros, “y es triste que haya esas actitudes con las expresiones artísticas”.

Cada artista es un creador libre, donde expresa todas esas ideas, sentimientos, y situaciones, esta es una forma creativa y muy profunda para demandar y denunciar. Así devolver la dignidad y la esperanza en un país que sobrevive de varias pandemias.

Arte en la educación

Tenemos que incorporara el arte en la educación sostienen las artistas, para que la juventud vaya afinando sus habilidades y valorizando su talento,  esto desde una metodologías más participativas, dinámicas y creativas.

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“Si pinto, escribo, hago escultura, hágalo, por ahí hay redes, espacios de organización que podrían ayudaros” Si hubiera libertad artística el país fuera mas desarrollado. Nicaragua cuenta con gente creativa, artistas que tienen ideas, y de calidad, estas habilidades deben promover y potenciar”

En medio de este contexto las y los jóvenes nicaragüenses no tienen posibilidades para aprender, practicar y luego mostrar, porque los espacios están coaptados, pero las artistas incentivan a mantener la ilusión.

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