Vendedores ambulantes, épocas difíciles y peligros a los que se enfrentan
El trabajo que realizan decenas de vendedores ambulantes en la reconocida perla del septentrión, es un esfuerzo que realizan para sustentar las necesidades del hogar. En Matagalpa, hay quienes poseen sus propios […]
3:01 pm
19/08/2019
El trabajo que realizan decenas de vendedores ambulantes en la reconocida perla del septentrión, es un esfuerzo que realizan para sustentar las necesidades del hogar.
En Matagalpa, hay quienes poseen sus propios carretones empujados en las empinadas calles de la ciudad y, otros que con sus enormes y pesados canastos o panas de plástico en sus cabezas, pregonan a diario para vender sus productos.
Hemos consultado a un par de vendedores matagalpinos, que durante años se han dedicado al comercio informal o vender ambulantemente para conocer sus vidas, como las épocas más difíciles que enfrentan a diario.
Rodrigo González, es un vendedor matagalpino, desde hace más de cuatro meses, vende refrescos y comidas. Para él, lo que le hace vender toda su venta, es la buena atención y el aseo que mantiene en sus productos.
Para este vendedor hay días buenos y malos, depende el tiempo y la época en la que se vive, sostiene que las ventas para él han sido buenas en este segundo semestre del año. Invierte una suma mayor a los setecientos córdobas y las ganancias oscilan entre trescientos córdobas.
«Hay días que hago: indio viejo, nacatamal , chancho con yuca, voy incursionando por que a mi me gusta la cocina, siempre vendo todo», dice González.
Si bien no a todos los vendedores les afectan las bajas económicas del país, hay a quienes les va mal en el día a día, más cuando se trata de épocas lluviosas como las finales de cada año.
Para Ruth Amparo Rivera, de 24 años, desde las ocho de la mañana sale de su casa en el barrio Sor María Romero y regresa a las cinco de la tarde, enfrentando grandes peligros en la calle, por los accidentes de tránsito y el acoso que vive en las calles.
Rivera, es madre soltera, vende churritos, tajadas de plátanos, malanga y papitas. Ir por las calles vendiendo su producto, le permite llevar el alimento de cada día a sus dos hijos, asegura que a veces se ve afectada por las condiciones climáticas y la crisis que se vive en el país que reduce la venta de sus productos.
«Las ventas están un poco bajas, más la situación actual, a veces se ajusta y a veces no», expresa Ruth Rivera.
Las estrategias para poder continuar y salir a las calles a vender se han implementado después que dieron inicio las fuertes lluvias en la ciudad, además se ha visto obligada a acomodar precios de productos debido a la poca demanda.
Don Edgar Vargas, es un limpiabotas de la ciudad y, para él, las épocas lluviosas son las que más les afecta para poder trabajar, ya que la demanda de lustrar zapatos es menor y el proceso es más difícil.
«Lustramos poco en épocas de lluvias, y en nuestras casas necesitamos muchas cosas», dice don Edgar Vargas.
Don Edgar Vargas, Ruth Amparo y Rodrigo González, forman parte del buen número de personas que día a día se las rebuscan para poder sobrevivir, aunque sea, vendiendo tortillas, tomates, helados, pan u otros productos comestibles.
